Historias reales que impulsan nuestra marca hacia adelante

historias sonrientes

La historia de Kiki

De miedo a libertad

Que la aleta se me clavara en la cabeza me retrasó mucho en el surf: tenía miedo de coger olas que fueran la mitad del tamaño a las que estaba acostumbrado. Eso luego se convirtió en un miedo a las olas en general, lo cual no es nada bueno cuando quieres mejorar en el surf. Me llevó meses, y grandes entrenadores, volver a encarrilarme. Entonces probé el casco protector de SMILE, ¡un cambio total! La protección me dio mucha más confianza para ir a por las olas dentro y fuera de mi zona de confort. Sin olvidar las lineas llenas de principiantes que te lanzan sus tablas como si fuera algo personal... De verdad, estoy muy agradecido de que SMILE exista y proteja a surfistas como yo para permitirme disfrutar del surf al máximo.

La historia de Gio

Montando con confianza

Como surfista intermedio y profesional en el sector de riesgos, navego constantemente la delgada línea entre la comodidad de las olas pequeñas y divertidas y el desafío de un oleaje imponente por encima de la cabeza. A lo largo de mi trayectoria en el surf, ha habido ocasiones en las que interpretar mal las señales del océano me llevó mucho más allá de la zona de “comodidad” o “estiramiento” hacia un estado de pánico y angustia. El desgaste físico y mental de esas situaciones no puede subestimarse y puede derivar en estados prolongados de ansiedad, miedo y falta de confianza en el agua.

Desde que descubrí el sombrero de surf SMILE, toda esta narrativa cambió por completo. El sombrero no solo me proporcionó una pieza de equipo protectora, sino, lo más importante, un nuevo sentido de confianza y seguridad. Esencialmente, el sombrero creó un amortiguador que me permitió ampliar mis límites y explorar nuevos niveles de riesgo en el surf, ya sea en términos de tamaño del oleaje o del grado de dificultad de los spots. Incluso en días más pequeños y concurridos, cuando la gente se cruza sin querer y las tablas vuelan por todas partes, la protección que ofrece me brindó mayor tranquilidad y paz mental, además de una cubierta atractiva y bien diseñada para la protección solar.

Basándome en mi experiencia personal, recomendaría encarecidamente el sombrero SMILE a surfistas de todos los niveles. Puedo decir con confianza que es un cambio radical para quienes buscan asumir riesgos en el mundo del surf.

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